Hoy en día, vivimos en una época de tránsito y replanteamientos en torno a los valores que imperan en la sociedad. El papel de las TIC en este camino es protagónico desde su dimensión socializadora y de influencia en los y las jóvenes, ya que se instala en sus estilos de vida, a nivel de dictar los modos de interaccionar con el otro/a e incluso de percibir todo aquello que les rodea. Actualmente un gran número de soportes tecnológicos se han convertido en imprescindibles para los y las adolescentes, pero si hay una herramienta que destaca sobre las demás, esa es Internet, ya que tanto desde un soporte informático como desde la telefonía móvil tiene una presencia cada vez más alta en todos los ámbitos de nuestra sociedad.

Internet posee un sinfín de posibilidades pero del mismo modo una serie de riesgos, ya que si bien es cierto que puede ser una gran herramienta de comunicación e información, también es cierto que constituye un espacio en el que un uso inadecuado puede dar pie a manifestaciones de violencia. Se requiere por lo tanto una mayor formación e información tanto desde los centros educativos como desde los padres y madres, no en las cuestiones puramente tecnológicas, sino en aquellos espacios educativos que puedan garantizar una buena interacción entre los/as usuarios/as e Internet. Como decíamos las posibilidades que ofrece la red son muchas y es necesario adquirir aprendizajes que garanticen un desarrollo ético-moral que permita utilizarlas de forma adecuada.