No cabe duda de que éste es el escenario final al que todas y todos aspiramos. De esta forma, el objetivo de la iniciativa tiene una parte de desiderátum, de horizonte ideal, aunque también nos señala el camino a seguir, marca la direccionalidad de las intervenciones que debemos desarrollar.
Para poder aspirar a este objetivo va a resultar imprescindible el trabajo compartido y la implicación de los distintos agentes de la comunidad educativa y social en los diferentes ámbitos en los que se desarrollará Bizikasi. Entendemos la Iniciativa como un lugar de encuentro donde todos los agentes educativos nos demos una oportunidad para aprender y formarnos conjuntamente en torno a un fenómeno socio-educativo complejo y cuyas consecuencias pueden ser muy graves: el acoso escolar.
Entender la labor que tenemos por delante como una oportunidad, supone compartir conocimiento y experiencias en torno a la convivencia positiva, reflexionar sobre la práctica educativa y habilitar desde el contraste y la aportación responsable, el suelo común que nos permita la creación de un constructo que haga frente sistemática y educativamente al acoso escolar y promueva dinámicas de convivencia positiva que impidan la aparición de cualquier tipo de violencia.
La Iniciativa parte de un modelo restaurador de las relaciones intrapersonales e interpersonales y está desarrollada desde una perspectiva ecosistémica. Entendemos que esta orientación permite que Bizikasi integre muchas de las actuaciones y programas específicos que los centros educativos vascos han venido realizando y realizan en la actualidad, para el desarrollo de la convivencia positiva y la erradicación del acoso. Desde este punto de vista, se convierte en eje vertebrador de dichas actuaciones a la vez que las enriquece y proporciona direccionalidad a las mismas. A partir de esta concepción se proponen las actuaciones y se diseñan los instrumentos de la Iniciativa.