Retos para la comunidad socio-educativa
Los retos siempre responden a una doble perspectiva.
Por un lado, suponen la aspiración a alcanzar ciertas metas deseables, lo que nos remite a elevar la mirada sobre las actuaciones del día a día. De esta manera, se asocian a la dificultad de lograrlos, o también a la posibilidad de no alcanzarlos del todo, ya que siempre conllevan modificar aspectos importantes de las intervenciones, suponen desafíos que es preciso superar. En este sentido tienen un significado de desiderátum, de meta y aspiración.
Sin embargo, el reto también proporciona direccionalidad y sentido a las intervenciones que llevamos a cabo para alcanzarlo. Los retos son metas accesibles, orientaciones finalistas y posibles, por lo que proporcionan una expectativa razonable, un estímulo para quien los afronta.
Los retos constituyen el marco y preámbulo para la formulación de los objetivos.
A continuación, se describen los retos de la Iniciativa Bizikasi.
Asegurar la ayuda sistematica a los centros
La complejidad del acoso, tanto desde el punto de vista de lo que le caracteriza, como de la intervención educativa que requiere por parte de los centros, reclama que el sistema escolar y más concretamente la Administración Educativa, asegure la ayuda sistemática a los centros.
El apoyo está orientado a que cada centro asuma el papel primordial que tiene en el desarrollo de la convivencia positiva y en el abordaje de los casos de acoso que puedan surgir. De esta forma, los centros adquieren la responsabilidad que el sistema educativo ha puesto en sus manos a la hora de educar a las jóvenes generaciones, en acompañar a su alumnado en el crecimiento personal, social e intelectual, al margen de todo mandato social estereotipado, así como ayudarles a entender el mundo en el que viven, situarse mejor en él y tener las competencias necesarias para la vida plena y la integración en la sociedad en la que crecen.
La ayuda también está dirigida a que cada centro acomode la respuesta sobre convivencia a su situación particular, la ajuste a sus necesidades y expectativas.
Los Berrritzegunes y la Inspección de Educación, como agentes educativos más cercanos a los centros, tienen entre sus funciones asesorar, orientar y colaborar en la mejora de las intervenciones de estos. Son los primeros referentes a quienes acuden los centros cuando necesitan ayuda y soporte institucional.
Ambos servicios han participado en la formación impartida a los componentes del Grupos Dinamizadores de los centros Públicos, realizada en el primer trimestre del curso escolar 2017-2018.
Bizikasi contempla que, desde las funciones que les asigna la normativa, cada Servicio acompañe a los centros en una triple tarea:
1. Realización de las actuaciones habituales en el primer nivel de intervención de la provencion, lo que implica la reflexión y puesta en práctica de estrategias para desarrollar la convivencia positiva y lograr un centro libre de violencia
- Sensibilizar y concienciar a los agentes de la comunidad educativa por medio de la formación.
- Poner en marcha cambios metodológicos y organizativos. Entre estos destacan la creación y puesta en funcionamiento de estructuras organizativas como el Equipo BAT (Bullyingaren Aurkako Taldea) y la consolidación del Observatorio para la Convivencia.
- Implementar los materiales curriculares para las sesiones de tutoría.
2. Intervención cuando se produce una demanda de acoso o el centro tenga indicios en este sentido, lo que conlleva
- Identificar los factores de riesgo y actuar ante la sospecha de bullying.
- Intervenir para erradicar los casos de acoso escolar.
3. Seguimiento y evaluación del trabajo realizado
Más concretamente, en la Iniciativa Bizikasi la intervención de los asesores y asesoras de los Berritzegunes tiene las siguientes características:
Por su parte, la intervención de los inspectores a inspectoras de referencia de los centros consistirá en la supervisión de la intervención del centro en las demandas de acoso y en el seguimiento de los casos que se produzcan, que se concreta en los siguientes aspectos:
Además de la ayuda descrita, los centros disponen de dos documentos que creemos pueden proporcionarles una gran ayuda en la gestión de la convivencia positiva y las demandas de acoso:
- Guía de actuación en los centros educativos de la CAPV ante el acoso escolar (2015)
- Protocolo de actuación escolar ante el ciberbullying. EMICI [2011]
- Guía para la elaboración del plan de convivencia del centro (2016), documento estratégico que concreta los aspectos más importantes del trabajo en convivencia que desarrollan los centros educativos.
- I Plan director para la coeducación y prevención de la violencia de género en el sistema educativo vasco (2013)
Desde el punto de vista normativo la referencia legal de obligado cumplimiento es la Resolución de 18 de enero de 2016 de la Viceconsejera de Educación sobre las instrucciones que regulan la aplicación del protocolo de actuación ante situaciones de maltrato entre iguales en los centros no universitarios de la CAPV.
Sensibilización y concienciación de la comunidad educativa
El acoso es una de las manifestaciones de las relaciones humanas en la que se incardinan multitud de componentes complejos, que se vinculan con una cantidad importante de variables, por lo que decimos que es multifactorial. Cuando sucede en el ámbito escolar o tiene relación con este, hablamos de acoso entre iguales o bullying.
La aspiración a que las relaciones entre las personas se alejen del esquema dominio-sumisión es universal. Además, La pretensión de que las relaciones dentro del propio alumnado se basen en la igualdad, simetría y cooperación, es una meta de cada centro educativo.
La investigación y la práctica educativas han mostrado que las escuelas están en condiciones de crear un fermento propio de desarrollo y marcar diferencias. Los centros se han convertido por derecho propio en unidades de análisis y de intervención educativas “Cada escuela tiene una consistencia propia y por derecho se convierte en unidad de intervención y, por consiguiente, en unidad de análisis. El clima escolar, ya sea positivo o negativo, no se explica, exclusivamente, ni por el origen social de sus alumnos, ni por el emplazamiento geográfico en que está la escuela. Escuelas, colegios e institutos comparables por su entorno y por las condiciones estructurales tienen climas muy diferentes” (A. Campo y otros, 2000)
Las escuelas, cada escuela, tiene la capacidad de crear un microcosmos al que contribuyen los agentes educativos más directos, comenzando por el profesorado y el equipo directivo. Junto con éstos, también tomaremos en consideración la colaboración de las familias y del personal no docente.
Por su parte, la contribución del alumnado tiene características especiales porque es sujeto de educación y, a la vez, puede convertirse en agente activo de la misma. Los alumnos y alumnas son esenciales a la hora de crear un clima y cultura en la que el acoso no pueda extenderse y no encuentre vías de propagación. Las relaciones enmarcadas en los valores del respeto y mutua consideración, de buen trato, impiden el desarrollo del acoso y potencian la convivencia positiva.
Aunque los procesos de sensibilización y concienciación escolar y social no tienen por qué desarrollarse a la vez, su relación es evidente: cada escuela se desarrolla en un entorno social al que da respuesta y del que es inseparable. El mundo intramuros que cada centro construye de acuerdo con sus valores y creencias es un espacio de continua permeabilidad con el exterior.
Tanto la investigación como la práctica educativa de muchos centros vascos a lo largo de años de esfuerzo sostenido en este ámbito, han evidenciado que la mejor manera de trabajar la cultura de la no violencia es desarrollar la convivencia positiva.
En este sentido, la campaña institucional “BAT. VAMOS A DESANMASCARAR EL BULLYING” promueve las bases de este entendimiento compartido del Bullying y de la responsabilidad de cada agente educativo en la educación de las nuevas generaciones.
Creación de estructuras que fomenten la convivencia positiva y la erradicación del acoso
Las aspiraciones para que cada escuela construya su espacio libre de bullying y orientado hacia la convivencia positiva, toman cuerpo en la organización del centro que estructura y conduce la actividad habitual del profesorado y del alumnado.
A partir de la Iniciativa Bizikasi, destacamos las estructuras de mayor importancia en los centros:
- Equipo Directivo
El liderazgo y compromiso de la Dirección es imprescindible en el desarrollo de cualquier programa o proyecto que se quiera poner en marcha en los centros educativos, lo que es extensible a Bizikasi. Esta evidencia está contrastada por la totalidad de las investigaciones y prácticas educativas.
- Equipo BAT
Este grupo está formado por la dirección y jefatura de Estudios y cuenta con dos personas más del claustro (Orientador/a, Consultor/a y un profesorado específico). A este núcleo básico se añadirán otras personas según el caso del que se trate.
La función de este grupo es apoyar a la dirección en la gestión de las demandas de acoso que surjan, así como para el desarrollo de las intervenciones dirigidas a favorecer la convivencia positiva.
- Observatorio de la convivencia
Es la estructura organizativa de referencia para facilitar, promover, desarrollar y evaluar los objetivos o las actuaciones del centro y la comunidad escolar en torno a la convivencia.
- Otros
En función de las características de cada centro, este puede decidir poner en marcha otras estructuras organizativas para dar respuesta a sus necesidades, como, por ejemplo, la comisión de convivencia.
La Iniciativa Bizikasi también ha puesto en marcha en los Servicios de Apoyo a los centros y en el Departamento de Educación, las estructuras organizativas necesarias para su desarrollo..
De esta forma en los Berritzegunes se han creado o activado las siguientes estructuras:
- Comisión de convivencia y coeducación.
- Responsable de Convivencia y coeducación.
- Seminarios de convivencia y coeducación zonales.
En la Inspección de Educación, además del inspector o inspectora de referencia existe una persona responsable del subproceso Convivencia-Acoso por zona, así como una persona responsable territorial del mismo de cada uno de los tres territorios.
Entre los objetivos y las líneas de intervención de planes trienales y anuales de la Inspección, durante varios cursos han estado presentes el seguimiento del clima escolar y la gestión de la convivencia. La intervención en el curso 2017-2018 se ha adecuado a la Iniciativa Bizikasi.
Por su parte, la Administración Educativa ha puesto en funcionamiento el Grupo Coordinador de Iniciativa Bizikasi, que se responsabiliza de coordinar todas las intervenciones que se desarrollan en la misma.
Poner a disposición de los Centros un conjunto de criterios e indicadores de la convivencia
El proceso que lleva a las escuelas y a los sistemas educativos a tomar decisiones informadas es imparable. Sin embargo, mientras que en otros ámbitos del conocimiento humano ya está asentada la toma de decisiones en base a datos y evidencias, es aún un proceso incipiente en educación.
El conjunto de indicadores es una herramienta de primer orden para ayudar a la mejora de la intervención de la Dirección, del Grupo Dinamizado o Equipo BAT y del Observatorio de la convivencia.
El desarrollo de esta intervención también puede contribuir a que la Administración Educativa tome las decisiones que le corresponden en base a datos y evidencias, por cuanto la información proveniente de los centros puede agruparse para convertirse en información relevante para el Sistema Educativo Vasco. De esta manera, la política educativa puede orientar sus decisiones con más criterio a la hora de repartir recursos, atender zonas de especial dificultad en el desarrollo de la convivencia positiva, destacar experiencias de éxito que sirvan como modelo para otros centros, etc.
Los criterios estarán organizados en varios niveles progresivos de logro, desde el nivel inicial hasta el avanzado o de excelencia, lo que permitirá conocer el grado de adquisición que alcanza cada escuela en la Iniciativa Bizikasi.
Se realizará una descripción general de los aspectos de mayor importancia en cada uno de los niveles, que completaremos con la descripción pormenorizada de los criterios más relevantes para desarrollar la convivencia positiva y erradicar el acoso..
El conjunto de criterios complementa al de indicadores, ya que entre ambos posibilitan que cada centro conozca la situación en la que se encuentra, a la vez que le permitirá concretar las diferentes posibilidades y alternativas de mejora posibles.
El Departamento de Educación certificará los progresivos niveles de logro que alcancen los centros desde el inicial hasta el avanzado o de excelencia.
Asegurar por medio de la evaluación continua la mejora de las intervenciones
Podemos definir la evaluación como el conjunto de actividades que conforman un proceso sistemático de recogida, análisis e interpretación de información, que conduce a emitir un juicio de valor sobre una función, proyecto o fenómeno en función de unos criterios previamente establecidos y con vistas a la toma de decisiones.
La evaluación es el referente principal para la mejora de las actuaciones en cualquiera de los ámbitos educativos. También en el desarrollo de la convivencia positiva y en la erradicación del acoso escolar.
En Bizikasi la evaluación se plantea en varios niveles.
El primero de ellos toma en consideración las valoraciones de las formaciones institucionales impartidas a los Equipos BAT, Asesorías de Berritzegunes, Asesorías de Convivencia y Coeducación de los Berritzegunes, Inspección de Educación, etc.
Otros niveles complementarios de evaluación se relacionan con el desarrollo del trabajo en los centros, con las intervenciones de la Inspección de Educación y de las Asesorías de los Berritzeguneak, así como con el desarrollo e incidencia de la propia Iniciativa (grado de logro de los objetivos, dificultades surgidas en la implementación, recursos utilizados, etc.).
Para desarrollar la evaluación precisamos definir entre otros, la información clave que se recogerá en cada nivel en el que se desarrolla, cómo se recogerá, el procedimiento de obtención de juicios de valor, los agentes implicados en cada fase y la temporalización del proceso.
En los diferentes niveles de la evaluación podemos compatibilizar la evaluación interna con la externa, en la medida en que la externa proporciona neutralidad y objetividad a la evaluación, mientras que la interna permite que adquiera su sentido más ajustado, por medio de la construcción colectiva del significado y de la valoración de las consecuencias de la misma: “…hoy no es posible concebir una propuesta de cambio o mejora que no esté planteada de forma que los implicados en ella la asuman, la signifiquen y la activen” (Sánchez Pérez, J.I., 2007).
Actuación coordinada de todos los agentes e instituciones implicadas
La tarea de educar en los valores de la convivencia positiva corresponde a diferentes agentes educativos como la familia, el grupo de iguales, los medios de comunicación, etc. Aunque la responsabilidad de la escuela es crucial en este ámbito, no puede trabajar en plena soledad para alcanzar este objetivo. Por esta razón debemos atender a que la institución escolar trabaje con otros organismos, instituciones, agentes educativos y sociales para dar una respuesta coordinada y eficaz, especialmente allí donde el vínculo social está deteriorado: “La educación no puede resolver por sí sola los problemas que plantea la ruptura (allí donde se da) del vínculo social. De ella cabe esperar, no obstante, que contribuya a desarrollar la voluntad de vivir juntos” (Delors, La Educación encierra un tesoro, 1996).
En un segundo nivel, también es imprescindible la coordinación de los distintos servicios que intervienen para colaborar con los centros a la hora de desarrollar la convivencia positiva y erradicar el acoso: Berritzegunes e Inspección de Educación.
Un nivel complementario de coordinación toma en consideración lo que sucede dentro de cada escuela. En este nivel es precisa una labor coordinada de toda la comunidad educativa, liderada por la Dirección y el Grupo Dinamizador o Equipo BAT.