El acoso...

1. ¿Qué es el acoso?
Antes de comenzar con esta actividad, es conveniente hacer el ejercicio para lograr un ambiente distendido y para que alumnas y alumnos se habitúen a este tipo de actividades.
Las y los docentes realizarán una introducción antes de dar comienzo a la actividad.
«Nuestras relaciones son a menudo difíciles, y dan lugar a conflictos. Si no se resuelven y si dejamos que aumenten, que se intensifiquen, nos sentiremos mal y aumentará la sensación de debilidad y soledad de quienes están involucrados...».
El objetivo de esta actividad consiste en hablar sobre el acoso.
Comenzaremos la dinámica con una serie de preguntas:
- ¿Qué es el acoso?
- ¿Podrías poner un ejemplo?
- ¿Cómo se sienten los y las chicas que sufren acoso?
Anotaremos las respuestas del alumnado en una tabla (en la pizarra digital, en el ordenador, en un papel de gran tamaño...). (Véase la tabla). Probablemente, parte de sus respuestas no se correspondan con lo que es el acoso, pero también las apuntaremos.
En caso de que los y las alumnas den pocas respuestas o no digan nada, propondremos una serie de ejemplos:
Probablemente, los y las alumnas dirán cosas de este estilo:
- «No sucede tan solo una vez».
- «Siempre se lo hacen»...
- «Lo hacen queriendo».
- «No es casualidad»...
- «Siempre son los mismos»...
- «Da miedo».
- «No es broma»...
- «Son muchos». «Son más». «Tiene(n) mucha fuerza»...
- «Se lo pasa(n) bien»...
Intentaremos que el alumnado identifique las características del acoso partiendo de las ideas que han lanzado:
- Se produce una personalización (de la víctima y de quien acosa).
- Se prolonga en el tiempo.
- Produce un gran daño. Existe sufrimiento.
- Se produce un desequilibrio de poderes.
- Existe intencionalidad.
Revisaremos los dos ejemplos y nos fijaremos en las diferencias a medida que vayamos analizando sus características. Asimismo, repasaremos sus ejemplos.
A continuación, pasaremos a analizar los sentimientos mencionados. Es importante crear un sentimiento de empatía hacia las víctimas y mencionar el rol de observadores y observadoras: ¿qué es lo que tenemos que hacer si presenciamos algo?
Tendremos que sacar conclusiones:
- Ofrecer o dar ayuda.
- Enfrentarnos al acosador o a la acosadora.
- Contárselo a una persona adulta.
- Solicitar ayuda.
Al final, formularemos una definición del acoso entre todos y todas.
2. Di NO al acoso escolar
Antes de comenzar con esta actividad, es conveniente hacer el ejercicio
Cuando hablamos del acoso con las alumnas y los alumnos, es importante no calificar a las personas. Por ejemplo, hablaremos de personas que ejercen el acoso, y no de «acosadores» o «acosadoras». Nos referimos a conductas, pero no calificamos a las personas, ya que les queremos brindar una oportunidad para que cambien, especialmente en las situaciones de acoso. Cuando trabajamos con el alumnado, deberemos trabajar varios aspectos, pero siempre partiendo de sus ideas. En este sentido, sería interesante mencionar las siguientes tres ideas:
Personas implicadas: persona o personas que ejercen el acoso. Quien lo sufre. Quien observa la situación.
Poner apodos. Sustraer o romper objetos. Propagar rumores. Hacer bromas. Exclusión. …
Tristeza, pena, soledad Culpa Enfermedad Depresión Falta de confianza y de seguridad … Conviene describir las características clave del acoso:
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El objetivo de esta dinámica consiste en que el alumnado reflexione sobre el acoso escolar, así como en identificar los casos de acoso y en aprender a cómo enfrentarse a ellos. En primer lugar, preguntaremos a las alumnas y los alumnos si saben lo que es el acoso escolar. Mediante la técnica de la lluvia de ideas, recopilaremos todas las ideas que lancen, y procuraremos cumplimentar los tres elementos que figuran en la siguiente tabla (teniendo en cuenta lo mencionado en la página anterior).
Aprovecharemos para comentar otras características del acoso:
- Acoso directo: cuando se ataca a una persona directamente, con agresiones como golpes, empujones o la exclusión de las redes sociales (impidiendo su participación en los planes que organizan), etc.
- Acoso indirecto: cuando el ataque se produce a espaldas de la víctima, como es el caso de la propagación de rumores –hablando en los pasillos o en el patio o haciendo gestos, sin que la víctima se dé cuenta, lo que provoca su exclusión– o generando daños en sus pertenencias.
Al final de la dinámica, realizaremos una reflexión sobre estos aspectos:
- ¿Qué es lo que podemos hacer ante el acoso?
o ¿Y para ofrecer ayuda a la víctima?
o ¿Para frenar a quien ejerce el acoso?
- ¿A quién podemos acudir en busca de ayuda?
- …
3. Imagínate ...
Antes de comenzar con esta actividad, es conveniente hacer el ejercicio para lograr un ambiente distendido y para que alumnas y alumnos se habitúen a este tipo de actividades.
Leeremos o relataremos un suceso a nuestro alumnado. Les pediremos que se imaginen que está ocurriendo en nuestro centro y que ellos y ellas lo están observando todo.
En el recreo, varios niños y niñas están jugando al escondite, correteando entre risas. Parece que el patio es un lugar agradable, alegre; se podría afirmar que están felices. Sin embargo, hay una niña, Ane (tendremos cuidado al seleccionar un nombre, asegurándonos que no se corresponde con ningún alumno o con ninguna alumna de clase), completamente sola, de pie contra una pared. Con semblante triste y serio, está mirando a todo lo que tiene a su alrededor. Intenta que nadie se dé cuenta; le gustaría ser invisible, pero no ha podido huir de la mirada de todo el mundo. Varios/as compañeros/as la persiguen con la mirada.
Comienzan a hablar sobre Ane, sobre su ropa, su pelo, sobre su madre y la casa donde viven... De repente, Miren exclama:
-–¡Será mejor que no nos acerquemos demasiado, que nos contagia!
Miren es la que más habla, y los demás repiten lo que ella dice, entre risas y tapándose la nariz, como si oliera mal. Ane se acerca aún más a la pared e intenta no escuchar lo que están diciendo, pero ya les ha oído miles de veces y no solo en el patio y en clase, sino también al entrar y al salir. Cuchichean y se ríen de ella constantemente.
Cuando les toca sentarse junto a ella, se apartan. En ocasiones, con solo mirarles, Ane ya sabe lo que están pensando, y se avergüenza.
Suena el timbre, y Miren y sus amigos/as se dirigen tranquilamente a clase, mientras que Ane se queda atrás, sola, triste y avergonzada.
Durante un largo periodo de tiempo, Ane no le confía a nadie lo que le está sucediendo y cómo se está sintiendo. Se encuentra aterrada. No se atreve a decir nada. Piensa que si dice algo las cosas se van a poner aún peor. Además, cree que todo lo que le pasa es por su propia culpa. Pero no es así, está equivocada.
Un día, Ane se siente muy mal, y piensa que tiene que hablar con alguien. Sin embargo, le resulta muy difícil. Se encuentra aterrada. Finalmente, decide acudir a su tutora.
Egun batean, Ane oso gaizki sentitzen da eta pentsatzen du norbaitekin hitz egin behar duela, baina oso zaila egiten zaio. Beldurtuta dago. Eta azkenean erabakitzen du tutorearekin hitz egitea.
La profesora, tras escuchar su relato, le dice:
─Has sido muy valiente, Ane, por haberme contado todo esto. Y, gracias a ello, te podré ofrecer ayuda. Pero para que las cosas realmente cambien, deberás contarles a Miren y a sus amigos/as cómo te sientes realmente–, le indica la tutora.
Pero Ane le responde, una y otra vez, que ella no se atreverá a hacerlo. ¡De ninguna manera! Les tiene mucho miedo.
Ante esta situación, la profesora cambia de opinión:
──¡Está bien! Yo hablaré con ellas y ellos y les diré cómo te sientes. ¿Me das permiso? No es necesario que estés presente.
Ane, mucho más tranquila, accede. Y se siente mejor, un poco mejor.
Al cabo de unos minutos, la profesora se ha reunido con Miren y su grupo, y les ha explicado la situación de Ane:
──Muchas gracias por venir. Necesito vuestra ayuda. Estoy muy preocupada con una alumna; últimamente siempre está muy triste y taciturna, y hasta ahora no se ha atrevido a decirle nada a nadie. Pero hoy ha hablado conmigo y yo quiero contaros lo que le sucede, porque creo que le podéis ayudar. Ane cree que nadie quiere jugar con ella, y que nadie quiere ser su amigo.
Los amigos de Miren comienzan a temblar; se dan cuenta de lo que está queriendo decir la tutora. Miren, por su parte, mira hacia otro lado.
Y la profesora continúa:
──La chica que está tan triste es Ane. Imaginad lo mal que se siente, que me ha dicho:
«Por las mañanas, cuando me levanto, siempre me duele el estómago, me encuentro enferma. No quiero venir al cole, pero mi madre me dice que no puedo faltar. Cuando entro en clase me pongo muy nerviosa y mi corazón empieza a palpitar tan fuerte que lo puedo escuchar más que todos los demás ruidos del patio.
También me duele la garganta. Dicen cosas muy feas sobre mí y sobre mi madre, y nadie les dice que paren, que no digan esas cosas. Por las noches no puedo dormir, porque estoy pensando en lo que me van a decir al día siguiente. Cuando duermo, tengo pesadillas: sueño que estoy en el patio y que todo el mundo me dice cosas horribles, y me despierto gritando. Por la mañana, a la hora de levantarme, me quedo inmóvil y a oscuras, y quiero quedarme en la cama. ¡No quiero volver a clase nunca más!».
Los demás alumnos y las demás alumnas que están con Miren comienzan a sentirse muy mal. Uno está a punto de llorar. Otra mira hacia el suelo. No saben lo que decir, hasta que alguien confiesa:
─No me imaginaba que se sintiera tan mal...
La profesora responde:
─Pues... ya sabéis lo que hacer para que se sienta un poco mejor, ¿verdad? ¿Se os ocurre alguna idea?
─Yo le voy a decir que venga a jugar con nosotros─ exclama Martín.
─Es que estábamos de bromas─ dice Martxel.
─La próxima vez que tengamos que hacer algo por parejas, me pondré con ella─ añade June.
─Y a ti, Miren, ¿se te ocurre alguna idea?─ Miren permanece pensativa, y, a continuación, responde:
──Yo también le voy a decir que juegue con nosotros.
──¡Está bien!─ dice la profesora. –A partir de ahora, será vuestra responsabilidad que Ane se encuentre mejor y que venga más contenta a clase. Yo de vez en cuando le preguntaré cómo está y me reuniré de nuevo con vosotros y vosotras las próximas semanas–. Y fue así que se arreglaron las cosas entre ellas y ellos.
Ha pasado un mes; es la hora del recreo. Vemos de nuevo a todo el mundo jugar en el patio, felices corriendo. Imaginad que veis a Ane jugando con Miren y con los demás que antes le hacían daño; imaginad que ahora Ane se encuentra bien, feliz, y que viene contenta al colegio.
Pero en una esquina del patio, hay un chico llamado Jon, sollozando y explotando de la rabia. Tiene que ir a clase porque ha terminado el descanso, pero tiene miedo, porque sus dos compañeros de clase, Ander y Josu, se meten con él constantemente. Todos los días le roban el bocadillo, le rompen la mochila, se meten con su ropa y hoy hasta le han dado patadas. Está harto, pero no le dice nada a nadie, porque está aterrado.
«Ya llevas unos días sospechando que algo pasa, y hoy lo has visto todo. ¿Qué es lo que vas a hacer?»
Les daremos un margen de tiempo para que respondan a la pregunta. Les animaremos a que piensen en lo que le dirían a Jon, o a contar lo que han visto a alguna persona adulta.
Subrayaremos una idea: : si una vez que hayamos visto lo que sucede no atendemos a la víctima, estaremos ayudando a quien ejerce el acoso.
Anotaremos las ideas o las respuestas lanzadas por el alumnado (en la pizarra, en el ordenador...).
Sin embargo, hemos de tener en cuenta que se trata de un tema muy espinoso y que probablemente muchos/as alumnos/as no dirán nada. En ese caso, podremos dirigir el debate partiendo de las siguientes preguntas:
- Ane dice que nadie hizo nada para detener lo que Miren y sus amigos le hacían. ¿Por qué creéis que suceden estas situaciones?
- Ane se sentía muy mal, enferma; no podía dormir y no quería venir al colegio. Pero una persona que ejercía el acoso dijo que «era de bromas». ¿Es cierto eso?
- ¿Cómo son las actuaciones intimidatorias para causar miedo? ¿Podemos mencionar algunas?
- ¿Es una pelea una actitud intimidatoria?
- ¿Una discusión es una actitud intimidatoria?
- Las personas que observan lo que sucede, ¿pueden hacer algo?
- ¿Se puede hacer algo cuando nos sucede a nosotros o a las demás personas?
Les recordaremos que, ante estas situaciones, deben HABLAR con una persona adulta, con un profesor, con un monitor o una monitora del comedor o con algún miembro de la familia. Podemos confeccionar una lista con las personas que nos pueden brindar ayuda.
4. El círculo
Antes de comenzar con esta actividad, es conveniente hacer el ejercicio para lograr un ambiente distendido y para que alumnas y alumnos se habitúen a este tipo de actividades.
La dinámica que proponemos cuenta con dos partes.
Primera parte. Les pediremos que formen un círculo, nos cogemos del brazo. Con las piernas abiertas en forma de V, juntarán el extremo exterior de sus pies con el de las compañeras y compañeros.
Cuatro personas quedarán fuera del círculo, y les pediremos que sigan esta orden: «Vuestro objetivo consistirá en entrar al círculo que el resto de compañeras y compañeros han creado».
Segunda parte. .En la segunda parte, por grupos, deberán confeccionar dos listas: en la primera, anotarán los «episodios de acoso y malos tratos» (debido a que los han sufrido o porque los han presenciado), y, en la segunda, «episodios de buenos tratos» (Véase la tabla).
A continuación, analizarán lo sucedido en la primera parte a través de las siguientes preguntas:
- ¿Qué ha sucedido?
- ¿Cómo os habéis sentido al intentar acceder al interior del círculo?
- ¿Y quienes lo estabais formando?
- ¿Habéis intentado acceder a la fuerza?
- ¿Alguien os ha dicho que lo teníais que hacer así?
- ¿Había alguna otra manera de acceder sin «tanta fuerza»?
- ¿Qué posibilidades se os ocurren?
Tras exponer sus propuestas, también se pueden analizar las siguientes opciones:
1. Conversar con quienes formaban el círculo, para que les dejen entrar.
2. Con un tono agradable, solicitarán que les dejen entrar.
3. Pedirlo por favor. Explicar que quiere entrar, intentando que se posicionen a favor de quien lo solicita.
4. Las alumnas y los alumnos que forman el círculo ha decidido dejarles entrar. ¿Para qué defenderse si no sienten que les están atacando?
5. ...
Intentarán sacar sus propias conclusiones:
Ante este tipo de situaciones, al igual que sucede en otros conflictos, es habitual recurrir a conductas competitivas y violentas para enfrentarnos al acoso y para conseguir nuestras metas, tanto fuera como dentro de la red. Nos resulta complicado dejar de lado las actitudes violentas y sentarnos para comenzar a conversar y buscar otras salidas.
Recurrir a este tipo de conductas nos genera un gran cansancio emocional y deteriora aún más las relaciones con aquellas personas con las que nos encontramos en situación de conflicto.
Estas conductas no se deben a la violencia inherente al ser humano (esta idea es falsa), sino porque así lo hemos aprendido.
No nos han enseñado a trabajar estas actitudes de manera constructiva. Para ello, debemos abandonar la idea que hemos interiorizado sobre el conflicto, que nos muestra la lucha entre dos partes, donde ambas intentarán vencer.
Resulta necesario analizar estos comportamientos en el contexto de las nuevas tecnologías, debido a que nuestras acciones y nuestras reacciones se programan de manera sumamente rápida y ante muchas personas. Por ello, debemos detenernos para reflexionar y, antes de tomar una decisión, medir las consecuencias de nuestros actos.
[1] Asosiación Suspergintza : Egonline. Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco. Vitoria-Gasteiz, 2015.
5. Bully dance
Antes de comenzar con esta actividad, es conveniente hacer el ejercicio
Resulta necesario no buscar culpables a la hora de abordar el tema del acoso. Determinadas conductas provocarán indudablemente consecuencias en quienes las practiquen, y el profesor o la profesora intentará sensibilizar al alumnado sobre ellas. Para detener el acoso, es imprescindible la colaboración de las personas que adoptan tales actitudes, pero juzgarlas o calificarlas lo dificultaría. Sin embargo, darles una oportunidad para que cambien contribuirá a contar con su ayuda. En muchas ocasiones, las alumnas y los alumnos que adoptan comportamientos de acoso no han desarrollado sus habilidades sociales y desconocen cómo pueden entablar relaciones con otras personas. |
En este vídeo, nos resultará muy sencillo identificar las características y los elementos del acoso. Durante el tiempo que dure la sesión, no emplearemos los términos «víctima» y «acosador o acosadora». Normalmente, el alumnado recurre a expresiones como «hormiga / pequeño» o «toro / grande», de manera natural.
Antes de ver el corto, lanzaremos la siguiente consigna: «Vamos a prestar atención. Lo que vamos a ver a continuación, sucede a menudo en la escuela. Después de verlo, discutiremos sobre su contenido.»
Dirección para descargar el vídeo:
A la hora de analizar el contenido del vídeo haremos un esfuerzo para que no salga el nombre de ninguno de las alumnas o alumnos de la clase. Probablemente, hablarán de situaciones similares que hayan podido surgir en el aula. En caso de que salga el nombre de alguien, podemos decir lo siguiente:
«En ocasiones suceden tales situaciones, pero no lo podemos aceptar, porque resultan muy dolorosas». Intentaremos no culpar a la persona que ejerce el acoso, debido a que tal comportamiento exculparía al resto del alumnado. Y no sería justo, ya que todo el mundo debe asumir su responsabilidad. Lo que tenemos que buscar es el sentimiento de responsabilidad conjunta y no una única persona culpable.
NOTA. Existen dos formas de realizar la actividad.
Opción 1:. Podemos analizar el vídeo en dos sesiones. En este caso, habrá de visualizarse de nuevo en la segunda sesión.
Opción 2: . Tras su visualización, distribuiremos al alumnado en cuatro grupos y cada uno de ellos explicará una posición. A continuación, harán una puesta en común para explicar lo que han concluido en cada grupo. También analizarán el último apartado.
Tras visualizar el vídeo breve, les pediremos que cuenten la primera palabra o la primera emoción que ha pasado por su mente.
- ¿A quién le parece que tiene un final feliz? ¿Por qué motivo?
- ¿A quién le parece que termina mal? ¿Por qué motivo? ¿Cuál podría ser un final feliz?
- ¿Qué es lo que ha sucedido en el corto? (Daremos la palabra a todos/as los/as alumnos/as, respetando los turnos).
Para responder a la última pregunta, plantearemos una serie de cuestiones:
Acoso
- Conductas: acoso físico (golpes, empujones, amenazas…), acoso verbal (insultos, burlas, hablar mal de alguien para que dejen de ser amigos/as…), rechazo social (impedir su participación, expulsar del grupo, hacer la vista gorda...).
- ¿Dónde se produce? ¿Cuándo hay más personas o cuando no hay nadie más?
1. Víctima (hormiga)
- ¿Se trata de una persona débil y sin amistades? En un principio tenía amigas o amigos, pero, a medida que fue aumentando el conflicto, han ido abandonándola.
- ¿Qué es lo que hace esta persona ante los ataques? ¿Se enfrenta? ¿Es capaz de defenderse? ¿Se marcha? ¿Se esconde? ¿Se lo cuenta a un adulto? ¿Creéis que es capaz de detener el acoso por su propia cuenta? ¿O más bien necesita ayuda?
2. las personas que ven lo que ocurre
- ¿No hacen nada? ¿Deberían hacer algo para cambiar la situación?
- ¿Si alguien no hace nada, y ni siquiera busca ayuda, se convierte en cómplice?
- ¿Por qué no le han prestado ayuda hasta que ha caído del tejado?
- ¿Quién podía haber participado para evitar el acoso?
- ¿Por qué sus amigos/as no le ayudan? ¿Qué es lo que sienten? ¿Sienten miedo a que les ocurra lo mismo?
- Cuando se encuentran en el patio, ¿por qué otras personas se burlan? ¿Por qué ocurre únicamente en el centro del círculo? (El fenómeno que vemos aquí se denomina contagio social: las situaciones que se producen en grupo nunca tendrían lugar en privado).
3. La persona(s) que ejerce(n) el acoso (el toro y sus amistades)
- ¿Por qué provoca dolor la persona que ejerce el acoso? ¿Por qué adopta conductas que provocan miedo? (Por aburrimiento, por sed de venganza, por envidia...)
- Hay quienes le ayudan en su conducta. ¿Por qué lo hacen?
- ¿Si no recibiera ayuda, qué es lo que haría? ¿Es valiente?
- Si esta persona continúa con sus actitudes de acoso, ¿qué es lo que le puede suceder más adelante en su vida?
- ¿Actúan de manera similar las chicas y los chicos a la hora de adoptar conductas para provocar dolor o miedo?
- Las chicas y los chicos que provocan miedo deben entender que en nuestro centro no se toleran estos comportamientos.
- En determinadas ocasiones, el alumnado propone que se pague con la misma moneda a quienes practican actitudes de acoso (hacer daño, calumniar, hablar mal, excluir...). Sin embargo, intentaremos adoptar otro tipo de conductas más prosociales, tales como buscar que admitan que han actuado mal, que se comprometan a no volverlo a hacer, ofrecerles ayuda para que se sientan mejor y más integrados/as, premiarles...
4. Emociones y sentimientos
- ¿Qué tipo de sentimientos tienen los y las protagonistas? ¿Cómo se siente la persona que practica el acoso cuando recibe su castigo? ¿Qué es lo que siente la víctima cuando cae del tejado? ¿Y cómo se sienten las personas que lo ven todo?
- ¿Cómo se vería todo desde el punto de vista de quien recibe el acoso?
- Reflexión:
• Denunciar (con el fin de hacer daño a alguien)
• Defender (con el fin de solicitar ayuda)
Para finalizar
- ¿Habéis presenciado alguna vez una situación parecida? ¿De qué tipo? ¿Qué fue lo que sucedió?
- ¿Había espectadores y espectadoras? ¿Qué es lo que hacían? ¿Ofrecían ayuda? ¿A quién?
- ¿Qué es lo que podemos hacer para contribuir a terminar con una situación de acoso?
Deberemos ayudarles a llegar a una conclusión: el acoso es un problema grave, y es responsabilidad de todas y todos hacer algo al respecto para acabar con él.
6. Ciberbullyng (C)
Antes de comenzar con esta actividad, es conveniente hacer el ejercicio para lograr un ambiente distendido y para que alumnas y alumnos se habitúen a este tipo de actividades.
Mostraremos al alumnado una situación de ciberacoso para reflexionar por qué suceden y qué tipo de sentimientos provocan en quienes lo padecen.
Dirección para descargar el vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=Ds3GP7ypzes
Es muy importante hablar entre todos y todas, para darnos cuenta de que un simple enfado puede dar lugar a un conflicto de grandes dimensiones y de consecuencias extremadamente perjudiciales.
Para dirigir el debate, propondremos una serie de preguntas:
- ¿Qué ha sucedido?
- ¿Por qué motivo? ¿Cuál ha sido el motivo real?
- ¿Qué es lo que producen las redes sociales?
- ¿Cómo se siente la víctima?
- Quien ha publicado la foto, ¿realmente quería conseguir lo que ha sucedido?
- ¿Cómo se sienten las otras personas de su entorno, quienes observan?
- ¿Qué es lo que deberíamos hacer para que este tipo de situaciones no se produzcan?
- …
7. Seis recomendaciones (C)
Antes de comenzar con esta actividad, es conveniente hacer el ejercicio para lograr un ambiente distendido y para que alumnas y alumnos se habitúen a este tipo de actividades.
Objetivos:
- Entender el concepto del Troleo
- Identificar los riesgos que conlleva
- Reconocer los factores que ayudan a prevenirlo.
- Mantener una actitud proactiva de rechazo hacia estas prácticas
Tiempo: 50 min.
Desarrollo:
Alumnado de Educación Primaria
El debate se establecería a raíz de las recomendaciones que cada uno de estos 6 vídeos de Pantallas Amigas[1] proponen para evitar o afrontar una situación de ciberacoso escolar, trabajando a través de ellas conductas directamente relacionadas con la prevención del ciberacoso escolar:
- Ciberbullying. Sus efectos y consecuencias. (0:47 min)
- Acoso en la Red. Si te molestan, díselo a un adulto. (0:47 min)
- Piensa antes de publicar. Lo que publicas, queda accesible en la Red. (0:47 min)
- Configura la privacidad de tus redes sociales. (0:47 min)
- Respeta los datos personales de los demás. (0:47 min)
- Con quién compartes la red. Respeta a las personas de tu comunidad. (0:47 min)
La idea es que el alumnado analice y debata sobre ellas, identificando las conductas o pautas erróneas y proponiendo respuestas alternativas, que permitan afrontar con éxito estas situaciones. Con las ideas recopiladas, de entre todas las expuestas, se puede elaborar un decálogo de buenas prácticas, que el alumnado recopilaría en una cartulina grande (que recoja todas las ideas propuestas, a las que además se pueden adjuntar dibujos, fotografías, etc.) exponiendo las conclusiones en un lugar visible del centro escolar, al alcance del resto del alumnado del centro.
Las conclusiones del debate, recogidas posteriormente en este decálogo de buenas prácticas, estarán dirigidas a enfatizar conductas que nos permiten tanto la prevención como una actuación positiva y decidida a acabar con una posible situación de acoso en nuestro entorno. El docente tomará como referencia, a la hora de establecer las conclusiones de esta actividad estas consignas:
- Pensar antes de publicar.
- Configurar la privacidad de nuestras redes sociales.
- Guardar las pruebas, en caso de acoso.
- Informar o denunciar la situación de acoso a través del administrador del servicio Web en el que ocurre (Twitter, Facebook, Instagram).
- Buscar la ayuda y consejo de un adulto de confianza y referencia.
- Reflexionar sobre nuestra responsabilidad en lo que hacemos, decidimos y difundimos, siendo críticos antes de seguir el patrón de conducta de los demás, rechazando ‘seguir la corriente’ ante un caso de ciberacoso.
Si el tiempo no fuera suficiente para dar por cerrado el decálogo y exponerlo al público, la actividad puede quedar abierta, terminando el alumnado su trabajo en casa. En la siguiente sesión de trabajo daríamos por finalizada la actividad con la exposición final del resultado.
ANEXO: Tabla de recomendaciones
Videos “Seis recomendaciones para la prevención del ciberbullying (Pantallas Amigas)
________________________________
[1] Internet Segura for Kids (IS4K). Programa de Jornadas Escolares 1.0. “Ciberacoso escolar”. Adaptada
[2] Canal de Youtube: Seis recomendaciones para la prevención del ciberbullying de Pantallas Amigas.